19De este modo
sabremos que estamos de parte de la verdad y podremos apaciguar ante Dios
nuestra conciencia; 20y eso aunque nuestra conciencia nos condene, pues por
encima de nuestra conciencia está Dios, que lo sabe todo.
21 Amigos míos,
cuando la conciencia no nos condena, sentimos confianza para dirigimos a Dios
22y obtenemos cualquier cosa que le pidamos, porque cumplimos sus mandamientos
y hacemos lo que le agrada. 23y éste es su mandamiento: que creamos en la
condición de su Hijo, Jesús Mesías, y nos amemos unos a otros como él nos dejó
mandado. 24Quien cumple sus mandamientos habita
en Dios y Dios en él; y ésta es la señal de que habita en nosotros, el Espíritu
que nos ha dado.
EXPLICACIÓN.
19-24. El amor que
se expresa en obras da al hombre la seguridad de estar unido a Dios, de estar
de parte de la verdad. Puede sentirse interiormente tranquilo, porque Dios sabe
que ese amor es verdadero y que es la actitud decisiva de la persona, a pesar
de los fallos que impiden su perfecta realización (19-20; cf. 1,7).
Actitud confiada
ante Dios y seguridad de que escucha (21-22); lo que le agrada, cf. Jn
8,29. Los mandamientos de Dios se reducen a uno: creer que Jesús es su Hijo y
el Mesías salvador y, en consecuencia, cumplir el mandamiento que él dio (Jn 13,34)
(21-23). El amor de obra mantiene unido a Dios y esta unión queda confirmada
por la experiencia interior del Espíritu (24).
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