12OS digo, hijos, que
vuestros pecados están cancelados por obra suya.
13OS digo, padres,
que ya conocéis al que existía desde el principio.
Os digo, jóvenes, que ya habéis
vencido al Malo.
14OS repito, hijos,
que ya conocéis al Padre.
Os repito, padres,
que ya conocéis al que existía desde el principio.
Os repito, jóvenes,
que sois fuertes, que el mensaje de Dios está en vosotros y que ya habéis
vencido al Malo.
EXPLICACIÓN.
12-14. Os digo (12), lit. «Os escribo». Os repito (14), lit.
«Os escribí», refiriéndose a las frases anteriores. Aparentemente, el autor se
dirige a varios grupos dentro de la comunidad. Sin embargo, lo que de cada
grupo afirma es aplicable a todos los miembros de ella y son temas que se
encuentran en otros puntos de la carta. Por otra parte, se entendería una
distinción entre «padres» e «hijos», pero resultaría inexplicable añadir a ella
la categoría «jóvenes»; por lo demás, de estos tres apelativos solamente
«hijos» (2,28; 3, 7, 18; cf. 2,18, lit. «chiquillos») se repiten en la carta;
los «padres» y los «jóvenes» no vuelven a mencionarse.
Esto exige otra interpretación: la designación hijos (2,12;
en 2,14, lit. «chiquillos») designa a los miembros de la comunidad en cuanto
han nacido de Dios. Este origen causa, respecto al pasado, la liberación de los
pecados/injusticias, obstáculo para la relación con Dios (12; cf. 1,9) y,
respecto al presente, el conocimiento del Padre (cf. 2,3), es decir, la
experiencia de Dios como Padre por el don del Espíritu recibido, que los
constituye hijos.
Estos hijos de Dios son calificados al mismo tiempo de
«padres» y de «jóvenes», doble denominación que parece estar en paralelo con la
que se ha usado para el mandamiento/mensaje, que es al mismo tiempo «antiguo» y
«nuevo» (2,7.8). La comunidad es «antigua» (padres), porque conoce al que
existía desde el principio, el proyecto divino (cf. 1,1), realizado por primera
vez en Jesús; es ·decir, su existencia entronca con lo que es anterior a toda
Ley y tradición (posible alusión a la tradición judía, fundada en los «padres»
patriarcas); ellos mismos son su tradición. Es al mismo tiempo «nueva»
(jóvenes), porque posee un vigor, el de la fe y el Espíritu, que la hace capaz
de practicar el mensaje del amor (]n 13,34), venciendo la oposición y el halago
del mundo (cf. 5,4; Jn 12,31; 16,33) (13b.14c).
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