15No améis al mundo
ni lo que hay en el mundo. Quien ama al mundo no lleva dentro el amor del
Padre, 16 porque de todo lo que hay en el mundo -los bajos apetitos, los ojos
insaciables, la arrogancia del dinero- nada procede del Padre, procede del
mundo, y el mundo pasa y su codicia también. 17En cambio, quien realiza el designio
de Dios permanece para siempre.
EXPLICACIÓN.
15-17. Primero de los
grandes enemigos del mensaje de Dios. Pone en guardia a los destinatarios: la
vida cristiana descrita antes (12-14), basada en el amor que comunica el Padre
(15), es incompatible con el mundo, es decir, con el estado de cosas creado por
los hombres, basado en el egoísmo, el deseo de poseer y el lujo insultante. Los
bajos apetitos, lit. «el deseo de la carne»; este último término significa
en Jn el hombre débil sujeto a la muerte; pero, además, el hombre-carne,
carente del Espíritu de Dios, es juguete del mal y de la ambición. El término apetitos
traduce el gr. epithymia; el adjetivo bajos condensa el significado
de carne. Los ojos insaciables, lit. «el deseo de los ojos». La arrogancia
del dinero: el término gr. bios significa en este contexto «los medios
de vida», «la fortuna». Nada de esto procede del Padre (16), el dador de
vida; es decir, nada de eso procura ni acrecienta en el hombre la vida definitiva, en que consiste su realización.
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