domingo, 3 de junio de 2012

III. DIOS ES PADRE. ES HIJO DE DIOS QUIEN AMA AL PRÓJIMO.. 2,29-3,3


29Si sabéis que él es justo, deducid que todo el que practica la justicia ha nacido de él.
3 1Mirad qué muestra de amor nos ha dado el Padre, que nos llamemos hijos de Dios; y de hecho lo somos. La razón de que el mundo no nos reconozca es que nunca ha conocido a Dios.
2 Amigos míos, hijos de Dios lo somos ya, aunque todavía no se ha manifestado lo que vamos a ser; pero sabemos que cuando eso se manifieste seremos semejantes a él, puesto que lo veremos como es.
3Todo el que tiene puesta en él esta esperanza se purifica, para ser puro como él lo es.

EXPLICACIÓN.

2,29-3,3. El conocimiento interior (sabéis) de lo que es Dios permite aprender de la experiencia (conoced/deducid) las características del que ha nacido de él; la primera es la práctica de la justicia (29).

Meditación sobre el «nacer de Dios» (3,1). Recuerda a los destinatarios su privilegiada condición; muestra de amor, gr. agapé, unido al verbo «dar»; de hecho explicita la fuerza del indicativo. Al mundo u orden social, que es injusto y practica la injusticia, le es imposible conocer a Dios, que es justo, y rechaza a los hijos de Dios, que practican la justicia (2,29).

Cuando eso se manifieste, se suple el sujeto implícito; llegará el momento en que se manifieste la condición divina de los hijos de Dios, pues conocer a Dios como es supone que el que lo conoce está en su mismo plano. La realidad presente justifica la esperanza del futuro; ésta incita a asemejarse a Dios todo lo posible, eliminando todo lo que desdice de un hijo de Dios (2-3). 

No hay comentarios:

Publicar un comentario